LIVE NIRVANA INTERVIEW ARCHIVE July 2, 1992 - Valencia, ES

Interviewer(s)
Rafa Cervera
Interviewee(s)
Krist Novoselic
Publisher Title Transcript
Ruta 66 Nirvana & Teenage Fanclub: Rienventando El Rock Yes (Español)
N/A N/A TBC

LA TODOPODEROSA DISCOGRÁFICA HABIA NEGADO CUALQUIER POSIBILIDAD DE ENTREVISTA. YA SE SABE COMO SON ESTAS COSAS: NO SE DEBE MAREAR A LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO, NO FUERA A QUEDARSE SIN PONER ALGUNOS MAS. PERO NUESTRO HÁBIL REPORTERO SE INFILTRO Y PUDO HABLAR EN EXCLUSIVA CON NIRVANA. DE REBOTE, ENTREVISTO A SUS TELONEROS, TEENAGE FANCLUB. Y NOS OFRECE ADEMAS UNA VISION CANALLA DE LA GIRA ROCK DEL AÑO. TODO ELLO OCURRIO EN VALENCIA, UNA NOCHE DE VERANO QUE ALGUNOS NUNCA OLVIDARAN.

Estamos en la elegante cafetería del hotel más lujoso de Valencia. Un lugar cuya fauna común se compone de ejecutivos ávidos de lucro, turistas de postín, asistentes a fabulosas convenciones de empresa y putas a la caza de todos ellos. Es la noche de un miércoles cualquiera. Los camareros están sirviendo más cervezas de lo habitual y, para su desgracia, los que las beben están a años luz de llevar relojes de oro. La zona de la cafetería está prácticamente tomada por alienígenas que desconocen el uso y significado del español, y sobre todo, del boato. Cascos vacíos de Heineken se amontonan sobre las pequeñas mesas donde el equipo técnico y los músicos de Teenage Fanclub charlan animadamente, mientras el servicio del hotel les vigila de reojo, no vaya a ser que quemen algo.

En un rincón, parte del entourage técnico de Nirvana celebra su propia reunión. Del trío de Seattle no se ve ni rastro. «Es posible que Chris Novoselic se una a la cena», comenta Norman Blake, factótum de los escoceses Teenage Fanclub, quienes oficiarán de teloneros de Nirvana al día siguiente, en un apetitoso concierto a celebrarse en el coso valenciano. El hombre de promoción de Creation en España me presenta entonces a los cuatro miembros de TFC, que, sin ser pequeñitos, son como los enanitos de Blancanieves en versión menguada: Norman, el risueño; Gerard Love, el reflexivo; Raymond McIngley, el gruñón; y Brendan O'Hare, el bromista: no para el tío. En medio de tamaño jolgorio nadie parece apercibirse de la siniestra presencia que acaba de infiltrarse en la sala.

Descalza, con la roña ascendiendo desde las plantas de los pies, un tobillo tatuado, hay una rubia en la puerta del bar. Está embarazada de unos cinco o seis meses; lleva un vaporoso vestido negro por cuyo escote se avistan unos pechos aupados por la inchada panza. El pelo rubio es un puro desastre; tiene la cara hinchada y aspecto de tener malas pulgas. Tan sólo ha estado unos segundos en el umbral de la puerta, con aire enfurruñado, pero no cabe la menor duda de quién se trata. Kurt Kobain la conoció durante un concierto en Europa y se casó con ella en Hawai. Hasta entonces era popular por ser la cantante y líder de Hole, una visceral formación de rock californiana que ahora -¡lo que son las cosas!- también pertenece a DGC, el sello que lanzó al estrellato a Nirvana.

Chris no llega, pero el apetito general aumenta. Alguien le deja apuntada la dirección del restaurante donde cenaremos. Nadie protesta cuando se les indica que mejor que vayamos hasta allí... andando (¿quién es el chulo que mete a toda esa pandilla en cinco o seis taxis?).

CADA VEZ QUE COMO VERDURA ME ACUERDO DE Tl

¿Has traducido alguna vez una carta para algo así como quince personas que, además de no entender lo que pone en el menú, son en su mayoría vegetarianas?¿No? Pues afortunado tú, porque lo que es este menda, necesita un diccionario. Norman quiere una ensalada número 4, pero sin atún. El pipa del otro extremo de la mesa (somos cerca de quince cernícalos hambrientos invadiendo una pizzería por sorpresa a las 11:30 pm) pregunta si esa extraña palabra («kueso») significa lo mismo que «cheese». Fulanito bebe agua mineral y Raymond quiere una pizza de verduras que, por supuesto, no existe en la carta. Gracias que el camarero ha detectado que sus clientes huelen como a Nirvana o similares, y aguanta el careo de mil amores.

Tengo a Norman sentado al lado, y por cierto, hay que ver como marca la j cuando pide unas cuantas botellas de Rioja. Me habla de sus imperceptibles raíces latinas («muchos emigrantes italianos que salieron rumho a América terminaron quedándose en Glasgow») e ironiza sobre el acento escocés. Dice sentirse muy atraído por España y sus impresiones sobre Valencia son excelentes (lógico, el chaval está sólo de paso). Un tipo realmente jovial, encantado de actuar junto a sus amigos famosos, de divertirse en ciudades que no conocía, a pesar incluso de tener que tocar en algo tan delirante para un vegetariano como una plaza de toros.

El ambiente se anima, especialmente a medida que llega el papeo. Con él aparecen Chris Novoselic y Dave Grohl, bajista y batería de Nirvana, acompañados por un pipa. Toman asiento junto a Blake, que ya se ha ventilado varias copas de vino tinto; ellos mismos se presentan con desarmante naturalidad («hola, me llamo Chris, ¿y tú?»). Con ellos están Shelley, esposa de Chris, y la novia de Grohl.

TAN GRANDES COMO LOS BEATLES

Hay una fiesta en honor de Nirvana y TFC en un pub no muy lejos de allí. El alcohol fluye mientras la tribu se acomoda en la terraza. Se respira felicidad en el ambiente. Más tarde nos trasladamos todos a otro local, un karaoke con especial predilección por la música de los 60. Todo el mundo está plácidamente borracho y allí veo a Chris Novoselic subido al pequeño escenario interpretando playbacks de los Beatles. A eso de las cuatro de la mañana deciden que ya es hora de volver al hotel... andando, que es como han venido. Chris todavía se detiene en un bar de salsa que está bajando las persianas. Me despido de ellos como puedo. Les veo desperdigarse alameda abajo, orientándose por la torre del hotel, que emerge distante y encogida entre las copas de los árboles. Con la misma intuición que guiaba a King Kong buscando el Empire State en Nueva York, aunque con movimientos similares a los de los zombies de Romero.

POR EL AMOR DE COURTNEY LOVE

Alguien me comenta que la señora Kobain no lleva bragas bajo el vestido. Un detalle sin importancia si no fuera porque, cada vez que baja del coche, le ve la chirla media ciudad. Pero, como todos estamos en el rollo, pues nada: ya se sabe como son ciertos artistas radicales. Parece ser que Courtney ha dado la noche al personal del hotel, pidiendo helados que una vez servidos no le gustaban.

La pareja lleva un médico con ellos. Los oráculos viperinos hablan de una preocupante adicción al polvo por parte de ambos. Un detalle sin importancia -¡esto es el rock & roll!- si no fuera porque Courtney está preñada. ¿Está el doctor por si sobrevienen problemas con el embarazo? La mala salud de Kobain es un hecho ya constatado por diferentes fuentes; se ha dicho que es narcoléptico (o sea, que sufre una enfermedad que le hace dormirse a la mínima), y que padece una úlcera ocasionada por el estrés y los esfuerzos vocales que su berreante estilo impone. Y cuando las malas lenguas vuelven a funcionar, se insinúa que el auténtico origen del decaimiento de Kobain, tiene su origen en el mismísimo día en que inició su relación con la Love.

EL UNICO CLUB DE FANS QUE IMPORTA

Juro queme sorprendí al ver aparecer en el hall del hotel a Norman Blake y Gerard Love a eso de las 12:30 a.m. del día siguiente. Es la hora fijada para hacerles una entrevista y ellos están frescos y lozanos, ni pizca de resaca. «Es que somos británicos», argumentan. Subimos a la terraza, justo donde está la piscina. Gerard es el afortunado poseedor del RUTA veraniego, y no deja de hojear las páginas sobre Sonic Youth. «Conozco esta revista, me la enviaron una vez, tenía una crítica de «A catholic education». Es que en esta rasa somos la monda, Gerry. Nos colocamos en unas hamacas, protegidos por gafas de sol y hala, a hacer los deberes. Estos sí que son lo que vulgarmente se conoce por chicarrones del norte.

- ¿Cuál es la verdadera génesis de TFC? ¿Provenís de otras bandas?

N - Raymond y yo fuimos parte de The Boy Hairdressers, un grupo que sólo llegó a grabar un disco que apenas se vendió. Nunca hicimos mucho más, salvo componer temas. Cuando conocí a Gerry tenía un montón y entonces... (tono sarcástico) decidimos formar una banda. Ensayamos durante unos días, ya que nuestra intención era grabar un disco cuanto antes; una semana después grabamos «A Catholic Education», No queríamos hacer lo que los grupos normales, maquetas, actuaciones, giras. Sólo queríamos grabar discos... y esa es básicamente la historia de TFC. Gerry, ¿tú habías tocado antes en alguna otra formación?

G - La verdad es que no.

- Pues el disco no suena como el fruto de una casualidad. Tenía un estilo muy encauzado y unas influencias muy sólidas.

G - Neil Young, Sonic Youth, Dinosaur Jr. o Hüsker Dü podrían ser algunas de ellas.

N - Nosotros no estamos tan satisfechos de ese álbum. Ni siquiera vendió muchas copias; preferimos considerarlo un disco OK. Claro que nunca estamos conformes con como quedan los discos que hacemos, creo que es algo que le pasa a muchas otras bandas. Por ejemplo, nunca nos convence el resultado de las voces.

- Seguro que tampoco os hace sonreír que os comparen continuamente con otras bandas.

G - No nos molesta, porque no creo que sonemos así. Antes de que saliera «Bandwagonesque», los críticos ya estaban diciendo que era estilo Big Star: no tienen ni puta idea. Además, el asunto Big Star ya canta, es una mierda. La mayoría de los que establecen esas comparaciones acaban de escuchar por primera vez a Big Star. También tenemos influencias de Beach Boys y nadie dice nada. Todo es cosa de los críticos...

N - Me da igual lo que digan de nosotros, no vamos a dejar de hacer discos porque algunos digan esto o lo otro. Me importa un bledo.

- ¿Por qué cada vez que sale una nueva banda se recurre a compararla con patrones clásicos para definirla?

G - Es lo más fácil, se trata de pura pereza.

N - La prensa rock lo convierte todo en una cuestión de moda y etiquetas, se inventan movidas que no existen y están más interesados en contarle a los lectores cómo piensan ellos que deberían ser estos grupos.

G - Son incapaces de limitarse a disfrutar de la música, tienen que ser cínicos cuando hablan de ella. La prensa rock británica es como un pequeño círculo vicioso...

N - Pero ocurre que, oh, las bandas hacen música sin plantearse nada de antemano.

- ¿Pensáis que el público USA es más receptivo con TFC?

N - No, no creo que los norteamericanos nos entiendan mejor. No hago distinciones sobre nuestros fans, ya sean ingleses, franceses o norteamericanos. Sólo hay gente diferente a la que le gusta nuestra música. En Estados Unidos hay más información sobre lo que ocurre musicalmente, existen más revistas especializadas que en Inglaterra. Tampoco somos más populares allí que en otros sitios.

- ¿Por qué os fichó DGC?

N - La verdad es que tuvimos varias ofertas de multinacionales en Estados Unidos y ninguna en Inglaterra. Elegimos DGC básicamente porque allí estaban también Sonic Youth. Ellos parecían felices en DGC, así que pensamos que si ellos estaban a gusto, nosotros también lo estaríamos. Les tratan muy bien y tienen una excelente relación con el sello. Nos ficharon a la vez que a Nirvana.

G - Era la época en que todas las «majors» yanquis contrataban grupos alternativos y college-bands. Es un fenómeno que tiene mucho que ver con la mala distribu¬ción de los discos independientes en USA: en Inglaterra el indie pop tiene una mejor distribución.

- Vuestra relación con el rock underground USA ha sido intensa y fructífera desde que pisasteis Nueva York por primera vez.

N - Fuimos a tocar al New Music Seminar gracias a Gerard Cosloy (capo deI sello Matador, que editó «Catholic» en USA) Dave Barker (director del prestigioso emporio indie que comprende los sellos Fire, Roughneck y Paperhouse) nos presentó a Don Fleming, al cual conocía desde que produjo a Walking Seeds. Nos hicimos amigos de Don y un día, por hacer algo, nos metimos con él en un estudio. Allí grabamos varias canciones, algunas de ellas se convirtieron en nuestro segundo sencillo, «God knows it's true».

La relación con Don y Margaret, su mujer, creció mucho, y ellos son los mejores amigos de Kim Gordon v Thurston Moore. Nos los presentaron y conocimos a toda la banda. Luego fuimos conociendo más gente, Julie Cafritz... y en Irlanda tocamos con Sonic Youth.

- Y creo que llegásteis a hacer algo parecido a una jam en algún concierto.

G - Bueno, en la gira que estuvimos juntos, Lee solía subir a cantar «The ballad of John & Yoko».

- Durante aquellas sesiones registrasteis támbién covers de Neil Young, Sex Pistols y Alex Chilton, pero sólo la de Young ha visto la luz. ¿Qué ocurre con el resto?

N - Lo hicimos por la risa, no creo que salgan, fue una jornada muy alcohólica.

- Lo de «The ballad of John & Yoko» fue una putada. Sólo estuvo un día a la venta. ¿Vais a rescatar esa canción?

N - No. Quizá en el 60 aniversario de Lennon (risas). La versión no era buena, no me gusta demasiado, fue una especie de broma.

- Otro disco problemático de TFC fue «The King», un miniálbum de azarosa vida comercial..

G - Quisimos hacer un bootleg oficial para los fans. Habíamos estado metidos en el estudio haciendo lo que nos daba la gana, tonterías. No podemos considerar ese disco como el segundo elepé del grupa ha idea era que se vendiese a precio de maxi, pero la mayoría de los comercios lo marcaron como álbum. Así que decidimos descatalogarlo.

- ¿Y por qué versionear «Like a virgin» de Madonna?

G - Tiene sólo dos acordes, es muy fácil (risas).

- También participáis en «You know», un tema de Gumball.

N - La grabación del disco coincidió con un viaje nuestro a Nueva York. Pasamos a verles por el estudio y estaban todos ciegos y borrachos, así que decidimos unirnos a ellos (risas). De todos modos, esa canción estaba compuesta antes de aquello. Nació en la gira conjunta con Gumball que hicimos por Inglaterra.

- ¿Qué diferencias destacaríais entre él primer LP y «Bandwagonesque»?

G - Básicamente, que hubo más tiempo y dinero para hacer el segundo. Y que Don estuvo con nosotros produciendo; nos inspiró mucha confianza, sobre todo en lo referente a las partes vocales. No sólo insistió en que nuestras voces son buenas, también ayudó en las mezclas, aportó cosas. Sí volviéramos a grabar «Catholic» saldría mejor, ahora se parecería mucho a «Bandwagonesque».

- ¿Es por ello que en el segundo disco sólo hay un instrumental desmadrado y el resto del material se acoge a las leyes de la melodía?

N - Es que para «Catholic» sólo habíamos ensayado juntos cuatro temas, nos habíamos conocido una semana antes. Otros grupos se habrían dedicado a tocar en directo, nosotros preferimos grabar un disco. Hoy somos más profesionales.

- ¿Cómo pensáis orientar el siguiente álbum?

N - Ní idea, sólo sé que lo grabaremos en octubre y que salda a principios de 93. No creo que sea radicalmente distinto al último, puede que suene un poco más básico, porque en «Bandwagonesque» hay canciones que son muy difíciles, muy elaboradas, cuestan mucho de tocar en directo por las armonías, los arreglos de cuerda...

- Por cierto, «Bandwagonesque» tuvo ciertos problemas legales con la ilustración de la portada.

G - Sí. Gene Simmons, de Kiss, tiene un sello que no me acuerdo como se llama. y su símbolo es una saca de dinero. Por lo visto cree que esa imagen es exclusivamente suya. Nosotros pensamos que es del dominio público. El caso es que el tío se pasó con nosotros, nos pidió una indemnización de 2.000 dólares por usar esa imagen, lo cual nos hizo trucha gracia. En USA el disco lleva una etiqueta que dice, «bolsa de dinero por gentileza de Gene Simmons». Es un completo, jodido gilipollas. Nos lo encontramos en Dallas, frente a un ascensor. Cuando nos vio se asustó y prefirió subir por las escaleras. ¡Las bandas de heavy metal nos tener! Los próximos serán Guns N'Roses (descojorte general).

- De todos modos, esa portada es bastante fea...

N - A nosotros tampoco nos gusta mucho. La novia de Raymond fue quien la hizo. Un buen día la trajo y nos la ofreció; elijo que sí no era con esa portada el disco no salía. No nos gustaba a ninguno, pero como era un diseño suyo... Sólo le gusta a Raymond y a su noviá (risas).

- ¿Os halagó que U2 os propusieran como teloneros de su última gira europea?

G - Las condiciones no eran propicias, demasiados gastos para cobrar poco dinero (200 libras esterlinas por noche: qué racanos). Imagina, una noche tocas en Oslo, y la otra en Turín...

N - En efecto, fue halagador, pero prefiero telonear a Nirvana, tienen un público mucho más cercano al nuestro.

-Ahora que sois más populares, ¿pensáis seguir con la política iniciada por Sonic Youth de aprovechar vuestra proyección para promocionar buenas bandas underground?

G - Siempre que hacemos una gira escogemos como teloneros a grupos que nos gustan. En Inglaterra las hemos hecho con Gumball, Redd Kross o Velvet Crush; en USA, con Afghan Whigs y Superchunk. Hay un montón de gente con la que nos encanta salir de tour.

- Entonces, ¿hay o no una nueva escena a descubrir, una especie de nuevo punk?

N - El rock & roll ha sido siempre lo mismo: bandas con guitarras. Siempre será popular y siempre existirá. Transcurre a través de los años, de modas diferentes; los grupos de SST en los 80 son un ejemplo. Pero siempre hay grandes bandas que afloran bajo una u otra etiqueta.

- Y volviendo al tema de la discordia, ¿qué podéis contarme sobre vuestro encuentro perso¬nal con Alex Chilton?

N - Le conocimos durante un bolo nuestro en Nueva Orleans. Es un tipo excelente, muy amable. Le preguntamos si le gustaría subir con nosotros y dijo «sí, claro». Se unió al grupo para tocar la guitarra en una versión de «Free again». Fue la hostia. Posiblemente Gerry y yo nos encontremos con él en un futuro no muy lejano para grabar un álbum, todavía no sé cómo ní cuándo. Se portó muy bien con nosotros, y además le gustamos mucho. A Jody Stevens también le gustamos, lo cual no deja de sorprendernos. Sigo pensando que no somos tan parecidos a Big Star.

ELLA ES PLUS

Dave y Chris han probado sonido solitos en la plaza poco antes de la hora de comer. Dave ha alquilado una moto para matar el ocio y anda correteando como un descosido por el coso. De Kurt no hay noticias hasta bien entrada la tarde. Es entonces cuando se le ve en el escenario, tocando la batería mientras Courtney prueba la guitarra. Ambos se marcan una jam antes de la merienda y todo queda listo para el concierto.

Lennon tenía a Yoko; Lou Reed tiene a Sylvia Morales. Kurt Kobain, el portavoz de Nirvana, los Beatles del punk, tiene a Courtney Love y, seguramente, ella le tiene a él. No sé corno decirlo sin sentirme como un jesús Marinas punk, pero da la ligera impresión de que esa mujer controla al cantante cual sargento de hierro, que ese distanciamiento entre las dos partes del grupo tiene algo que ver con todo esto, que...

Pero Kurt Kobain no es ningún tarado. Poco antes del concierto se deja ver por la zona del backstage; su aspecto es de estar peleando perpetuamente contra la confusión, ligeramente aplastado por un peso que le atormenta y que debe dominar. Deambula buscando a los servicios y le tengo a un metro. Entonces me viene a la mente la frase de un periodista del NME que decía «Kurt Kobain se abalanzará sobre la próxima persona que le pida una foto», Errr, bueno, digamos que le dejé mear tranquilo. Uno, que está en todo, ya se encargó la noche anterior de preguntarle a Novoselic -así como quien no quiere la cosa- si sería tan amable de concederme unos minutos al día siguiente (su discográfica había descartado tajantamente cualquier posibilidad al respecto). «¡Seguro!», dijo el largirucho.

Chris se está comiendo un platito de ensalada y saboreando visualmente unos cuantos discos (predominan cosas de Stiv Bators y Dead Boys) que ha descubierto en una tienda cercana, cuando me acerco para recordarle su compromiso. «Sure!», me contesta. Smells like cachondeo, lo sé. Pero él mismo puntualiza a renglón seguido que hablaremos en una hora. Por si se le olvida, agarro una silla y me situo cerca de él, para que se acuerde. Pasado el tiempo reglamentario, giro la cabeza hacía donde está sentado el bajista. El percibe la intención del gesto y me hace señas para que vaya hasta él. Subimos hacía un nivel superior de la plaza, y nos sentamos en el suelo, con unos toros mansos como vista principal. Chris con un té incandescente y yo con la grabadora. Los mugidos del ganado y sus cencerros ponen el coro a sus palabras.

CHARLA MISTICA CON MR. NOVOSELIC

Es alto y muy delgado, tiene cara de ser un pedazo de pan y se comporta con timidez. Lleva pantalones raídos, camiseta mugrienta y se le ve cómodo ante la posibilidad de mantener una entrevista con alguien que no se muere de ganas de masacrar a la nueva sensación del rock moderno en plan snob/ignorante, y tampoco le va a preguntar sí es colega de Guns N'Roses. Cuando termina de hablar sobre la última cuestión, sella la charla con un «super» tan naif como las palmadas que se arrea en las nalgas para sacudirse el polvo del suelo.

- Nirvana era una de las bandas mimadas del underground y, de repente, os convertís en una arrolladora sensación que vende millones de discos. Esto conlleva una tremenda presión, ¿no?...

- Yeah, ha supuesto una tremenda presión para nosotros... hasta que llega un momento en el que decides tajantemente pasar de ella. La raíz de todo esto es la música que hacemos, y eso no deja de ser algo que sale exclusivamente de nuestro interior. Una vez aclaramos nuestras ideas, y zanjamos nuestra postura, fue diferente. Personalmente, ahora creo que me siento mucho mejor. Puedo hacer las cosas con más calma, ¿sabes? (se rie). La verdad es que hay ciertas cosas que me importan un comino y, por otro lado, las situaciones afloran quieras c no... no estoy dispuesto a involucrarme en todo lo que está ocurriendo a nuestro alrededor, ese lado del rock & roll me da igual, es estúpido.

- Quizá eso sea el resultado del cansancio psíquico, de las giras, las entrevistas...

- Uuuuuuhhh... no, no estoy cansado de nada, solo tengo que... todo lo que hagas tiene que satisfacerte, has de arreglártelas para sacar a flote lo mejor de tí. Hay que dar siempre lo mejor de uno mismo. Es un reto y ya está Yo estoy muy agradecido por todo lo que nos ha ocurrido en estos últimos meses, más allá de la posición en la que pueda encontrarme personalmente a causa de los acontecimientos.

- Bueno, que una banda de rock con ética punk se haga millonaria también debe tener una brillante parte positiva.

- Hay cosas a las que no puedes negarte. Hacer giras dar entrevistas, hacer promoción. Lo que más aprecio de todo ello es que ahora tenemos acceso directo y privilegiado a los medíos. Nuestra música sigue siendo la misma, pero los medios han conseguido que ahora la conozca muchísima gente; eso nos permite exponer nuestras ideas y nuestros puntos de vista ante un público gigantesco. Hoy puedo comunicarme con mucha gente sobre muchos temas, algo que antes era imposible.

- Como individuo, ¿hasta qué punto ha cambiado tu vida?

-Como no quiero ser una celebridad, mí vida interior no ha cambiado, al menos enormemente. En el plano material tengo una existencia muchó más confortable, puedo ver otros sitios, puedo hacer cosas que hace un año jamás habría imaginado. Mira, ahora estoy aquí, en una plaza de toros de Valencia. Es increíble, y además no tengo que trabajar.

- ¿Cómo recuerdas los días de Sub Pop, la época de «Bleach»?

- Siempre estábamos como en una esquina, a punto de despegar, pero nunca lo hacíamos. Eramos la gran promesa. Ahora nuestros fans se han quintuplicado. A Nirvana pueden ocurrirle cosas muy importantes, las más importantes que le pueden pasar a una banda de rock. Somos como capullos que han florecido; hemos crecido, las cosas se han encaminado. Sólo queda descubrir adónde iremos después de todo esto.

- Entonces, cuando abandonásteis Sub Pop, ¿lo hicísteis convencidos de que terminaríais arrasando?

- No, que va, en absoluto. Cuando estábamos en Sub Pop nos acostumbramos a la falta de posibilidades de un sello independiente. Todas esas tribulaciones, la carencia de medíos, las independientes pueden estrangularte con su pequeña infraestructura, ¿sabes a qué me refiero? No había futuro, por eso buscamos una «major», estábamos hartos de la mala distribución de nuestros discos: queríamos estabilidad. Todo el mundo alrededor nuestro nos dijo que lo que íbamos a hacer era insensato, pero seguimos adelante. No podemos arrepentirnos, tenemos absoluto control sobre lo que hacemos.

- Lo que es evidente es que esto ha animado a muchas multinacionales a contratar bandas del llamado rock alternativo.

- Sí, eso parece, hay mucho movimiento al respecto. Las grandes compañías sacan sus talonarios para atrapar a las bandas independientes. Es inevitable, ciertas cosas contribuyen a que ocurran otras. Han reflexionado sobre el estado de la música y han hecho un gran descubrimiento. Al fin han tenido conciencia de lo que se ha estado cocinando durante años en los sellos independientes; ahora quieren llevar esa música hasta lo más alto. En consecuencia, la etiqueta independiente o alternativa ya no significa nada.

- Pero eso quizá facilite el camino a un buen número de grupos que hacen muy buena música.

- Quizá es demasiado pronto para juzgar lo que está ocurriendo, todos esos cambios... es necesaria cierta perspectiva para saber si esto va a ayudar a cambiar algo, algún valor o alguna regla del mercado. Lo que sí sé es que todas esas bandas son diferentes al producto pop convencional, no tienen nada que ver con el prototipo del AOR, ni con todas esas formaciones heavy metal. La gente quiere genuino rock & roll, y éste se reinvents a sí mismo todo el tiempo. Es algo natural, sucede con cualquier forma de arte. Es parte del destino del planeta, de las fuerzas que hacen ir a la deriva a los continentes, el día convirtiéndose en noche, la gente envejeciendo, los mares cambiando. Todo debe cambiar.

- ¿Crees en la existencia tangible de un rock post Sonic Youth?

- Seguro. Todo se reduce a que los ejecutivos discográficos empiezan a cambiar su mecánica, su forma de ver las cosas. Se preguntan, ¿qué narices son todas estas nuevas bandas, qué mierda está ocurriendo? Es duro reeducar ese tipo de pensamiento, precisara mucho tiempo. Tú y yo siempre hemos sabido quiénes eran Sonic Youth, hace cinco o seis años, cuando eran una prestigiosa banda underground y nadie del circuito mainstream tenía la más ligera idea de que existían. Eso es parte del mercado, está implícito en la historia del rock. Todo el mundo sabía quiénes eran los Rolling Stones, e ignoraron en su momento a Stooges, Seeds, New York Dolls. No eran bandas con vocación alternativa. En este momento ocurre algo similar, algo diferente y nuevo empieza a introducirse lentamente en el circuito del pop convencional. Un hecho impensable hace tres o cuatro años.

- ¿Cómo será el próximo disco de Nirvana?

- Será diferente a «Nevermind», para nosotros supo¬ne una especie de reto, un reto menor. «Nevermind» ha sido un éxito debido a las circunstancias. Nosotros se lo entregamos a DGC y les dijimos que lo tomaran o lo dejaran. Espero que el siguiente elepé no tenga tanto éxito, no puede ser como «Nevermind»; será más duro, más rock, más salvaje...

- Con Dave Grohl parece que habéis encontrado al batería idóneo.

- Tampoco tuvimos tantos baterías antes que Dave. Es cieno que iban y venían pero... Llave es perfecto, se adaptó totalmente a Nirvana, lo tiene todo: la energía, la imagen, el pensamiento.

- Kurt dijo en una entrevista que, para preservar la buena relación entre vosotros, ha decidido separar un poco su vida personal de vosotros dos.

- El éxito ha tenido también una influencia negativa en nosotros, aunque no en ese sentido. Nos ha estresado, nos ha puesto nerviosos. Nuestra ética hizo que nos desasosegara un poco ver que éramos parte del mainstream. Somo chicos de la clase trabajadora a quienes adora gente que antes nos ignoraba. Que se jodan. No vamos a convertirnos en jodidos materialistas, nada va a cambiar mi forma de pensar. En eso soy muy optimista.

- ¿Seguís adelante con la política de apoyo a las bandas que os gustan?

- Siempre hacemos lo que nos gusta, y presentarle al público nuevas propuestas es parte de ello. No creo que las bandas que amamos lo tengan mejor para alcanzar el éxito, pero si te fijas, son grupos con canciones fácil de escuchar; hablo de gente como Shonen Knife o Captain America. Pero cada vez que veo el Top Ten de MTV sigo viendo la misma mierda de siempre. No, no creo que sea tan fácil conseguir ese impacto.

- ¿Cómo es vuestra relación con DGC?

- Como vendemos muchos discos nos dejan solitos, podemos hacer lo que nos dé la gana. Todo lo referente al negocio me la trae al fresco, no me interesan ni los ejecutivos, ni su política ni sus campañas. Es mierda, no me gusta, no es asunto mio. Al principio me preocupaba por ello pero como me ponía tan mal, decidí apartarme.

- ¿Qué opinas de la situación sociopolítica de Estados Unidos, de las revueltas raciales, de Bush...?

- El caso Rodney King fue la gota que colmó el vaso. Esas revueltas han estado sucediendo durante años en la mente de la gente, aquel incidente sirvió para materializarlas. La rabia, el ocio y el miedo todavía están ahí, aún existen, aunque hayan vuelto a meterse en la botella de donde salieron. Los valores de los norteamericanos se basan demasiado en lo material. Están obsesionados desde niños con la TV, el poder adquisitivo, y se toman demasiado en serio a sí mismos. No estamos en este planeta por mucho tiempo, no el suficiente como para dejarnos envolver en plástico, cristal, acero y todo ese materialismo consumista. La gente es ignorante, insegura, vive de ideologías dogmáticas, de peinados, ropas. Cualquier tipo de cambio les asusta. Y los cambios son algo natural, los continentes cambian, el día se hace noche... Hay transición porque es normal que la haya, nunca tenemos la misma fachada.

- ¿Y cómo te sientes tú al estar metido en esa rueda de consumo?

- Imagínatelo: seis o siete millones de discos tuyos por todo el mundo. Es alucinante, no sé qué pensar. Cada uno tiene su propia manera de enfocarlo, todo el mundo tiene una inclinación natural hacia las melodías... Podría ser cínico y decir que me importa un bledo, pero no es así.

- ¿Qué pasa con todas esas demandas que os llueven últimamente?

-Basura, mierda, parásitos... la rueda kármica siempre sigue adelante, afortunadamente.

HUELE COMO A SOBACO EN PLENO VERANO

Exactamente. No puedes pedir que una manada de muchachos huela a rosas cuando se agolpan en las primeras filas para disfrutar de los encantos de TFC. La mayoría de ellos no conocen el repertorio del cuarteto, pero no les cuesta nada enganchar con sus canciones. Sonido impecable (nada de las clásicas putaditas de sabotear a los teloneros, los Nirvana no ponen trabas para que sus colegas gusten en toda su amplitud) y muy divertidos en escena, TFC surten al respetable de «greatest hits» jalonados por humoradas y afables puyas («el toreo es para los gilipoyas») dirigidas a las primeras filas. «God knows it's true», «What you do to me», «The concept», (con un endiablado final), «Metal baby», «Starsign» y «Everything flows», electrocutada de cara a la despedida. El público se queda satisfecho, aunque esperando que salga la estrella de la noche. Yo, en vista de que los allí congregados tienen todos edad para ser sobrinos míos, intento no sumirme en una horrible depresión y empiezo a cuestionarme si venderán Gerovital en las farmacias...

Lo de Nirvana es regocijarte y desalentador a la vez. Suenan recios, convencidos y tremendos, sin ceder un ápice. Son un ejemplo de entereza, sin concesiones. Pero les falta algo, porque, por una u otra razón, están comedidos, rígidos, lejos de aquella imagen de desmelene de las instantáneas Sub Pop. Tocan casi todo «Nevermind», canciones selectas de «Bleach»; «Aneurysm», «Even in his youth» y algunas piezas inéditas. Quien sabe si la mala salud de Kobain impide que lleguen a más; o es que están ya extenuados; o es que se niegan a entregarse ante un público masivo del cual desconfían. Se aceptan apuestas.

Como es ya costumbre en esta ciudad, el local ni siquiera está medio lleno. La gente se retira -no hay más bises que los previstos- tras una compacta velada de rock ofrecida por genuinos militantes del género. Es pronto para saber si esto es un vulgar espejismo, si Nirvana y todo lo que han hecho girar a su alrededor servirá para algo. Si serán capaces de seguir hacia delante sin tropezar con su propia estela o si las circunstancias no terminarán con ellos antes de hora.

© Rafa Cervera, 1992

© Rafa Cervera, 1992